Page 347 - Germán Horacio
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Germán Horacio
lejos de la vista de las cañoneras franquistas que de vez
en cuando aparecían en el horizonte. A través de la radio
del pesquero escuchaban lo que estaba ocurriendo en
tierra y ellos obraron en consecuencia. Como sólo
escuchaban, se enteró el patrón que Cataluña era todavía
republicana y estaba en pie de lucha. Ya contaban con un
destino definido y final. .. Barcelona.
Todo esto parece sacado de una novela de Julio Verne.
Bordeando hacia el Noroeste, cruzaron frente a La
Coruña, vieron su faro, Cabo de Finisterre, luego Vigo.
Frente a las costas portuguesas a lo lejos el faro de
Oporto, las luces de la iluminada Lisboa y acabando
Portugal viraron al Este, doblando el Cabo de San
Vicente cruzaron frente a Cádiz, su faro era visible en la
lejanía.
Cuando cruzaron el Estrecho de Gibraltar tuvieron que
hacerlo frente a la costa de Marruecos y luego hacia las
cercanías de Málaga, vieron su faro ¡claro! Después
Alicante, Valencia, Castellón de la Plana,
Tarragona y finalmente... Barcelona. Siempre navegaron
de noche, pues la amenaza constante de la costa ocupada
por las fuerzas franquistas les obligaba a ello. Sólo la
guía de los destellos de los faros, con su lenguaje preciso,
los ubicaba en el mar.
Bien, habían arribado a territorio todavía republicano,
(tal vez el único que quedaba), Germán Horacio se puso
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