Page 58 - Germán Horacio
P. 58

Germán Horacio



            distribución fuese muy minoritaria y que gran parte de la tirada
            fuese  destruida  con  la  llegada  de  las  nuevas  autoridades

            franquistas.  De  ahí su  rareza  y  lo  excepcional  de  este  álbum
            completo  conservado  ahora  en  el  Museo  del  Pueblo  de

            Asturias.


            Además  de  sus  características  singulares  de  creación  y
            edición,  este  álbum  suma  otros  rasgos  únicos.  Es  la  única
            producción de este tipo que se realiza durante la Guerra Civil

            en Asturias, siguiendo el modelo de otras obras realizadas en
            estos  años  en  Madrid,  Barcelona  y  Valencia.  Su  destino  era

            eminentemente  propagandístico,  pensado  para  el  exterior  y
            destinado a sensibilizar a las naciones europeas con la causa

            republicana,  así  como  una  forma  de  obtener  recursos  para
            mantener la lucha.


            Esta obra destaca además por el lenguaje que adopta el autor
            para  expresar  su  conciencia  militante,  sin  renunciar  a  una

            comprensión cargada de símbolos del drama español que le ha
            tocado  vivir.  El  artista  huye  tanto  del  figurativismo  y  el

            expresionismo  formal  como  del  realismo  ideologizado  al  uso,
            lenguajes          en       boga        para       patentizar         posicionamientos

            ideológicos  y  para  extraer  emociones  directas  y  radicales.
            Desechadas  esas  vías,  Germán  Horacio  reitera  en  las  “10

            Estampas  antifascistas”  una  identidad  propia  cargada  de
            referentes,  siendo  obvias  las  enseñanzas  de  Goya  en  esa
            extraña  conjunción  de  alegorías  y  símbolos,  cuya  filiación

            retrotrae a los «Desastres de la Guerra» y los «Disparates» con
            su lección española de la «Guerra de Invasión». Pero también

            encontramos aquí a los maestros del barroco y, sobre todo, ese
            clasicismo  puro,  despojado  de  adherencias,  que  se  hermana

            casi metafísico con la lectura autóctona y racial del surrealismo
            francés, que a su modo adoptaron e interpretaron otros artistas

            del periodo como José Caballero. Esta identidad de tamizado
            surrealismo  se  percibe  también  en  muchos  de  los  carteles  y
            trabajos gráficos realizados entonces por Germán Horacio.


                                                         58
   53   54   55   56   57   58   59   60   61   62   63