Page 59 - Germán Horacio
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Germán Horacio
Sueño y pesadilla, realidad y metáfora, lo onírico se entrecruza
aquí con el sereno dramatismo de los cuerpos mutilados, la
gloria del héroe y las alegorías de la iglesia y el gran capital,
poderes dominantes e incitadores de la tragedia. En todas las
escenas los emblemas de las fuerzas de ocupación nazis y
fascistas, poco perceptibles en algunos casos, casi
disimulados, ceden protagonismo a esas figuras femeninas
atemporales, como estatuas pródigas en mensajes, dominadas
por un clasicismo sereno, puro, que da a las escenas un aire
de pacífica reflexión, optando por la meditación y el rezo antes
que por el grito. Serán esas figuras femeninas las que, como
un imaginario ideal, acompañarán al artista en la Barcelona
receptora del primer exilio, en el campo de internamiento
francés, en la travesía del Sinaia y en el definitivo exilio
mejicano. Mujeres de amparo y recuerdo, bastión último de la
esperanza y el sueño, testigos perpetuos de su drama y de esa
tragedia española que arrastró lejos de su tierra a los artistas
que como Germán Horacio se comprometieron con ella.
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