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Germán Horacio
europeas, y la que recupera y pone al día una tradición inquieta
por la identidad del país y su historia. Ambas corrientes se
fundirán, propiciando en esas décadas uno de los momentos
más fructíferos y brillantes de nuestro panorama cultural.
De esta actividad que abarcó todos los órdenes de la creación,
tal vez sea el campo artístico el que concrete un mayor vigor y
originalidad, siendo Gijón el núcleo de referencia en lo
específicamente pictórico. En esta ciudad, a las artes
tradicionales se sumarán otras de más reciente implantación,
como la fotografía, el cine o las artes del grabado y el diseño
gráfico, que tendrán en ella el foco más fértil de Asturias. Este
último medio gráfico va a ser el que determine el origen,
desarrollo y plenitud de Germán Horacio, que fue uno de los
artistas más relevantes de este periodo.
En su biografía, Germán Horacio refleja las constantes de los
artistas nuevos, en los que confluye su apuesta por la
vanguardia y el compromiso transparente con los retos de su
tiempo. De precoces cualidades e intereses artísticos, abordará
todos los mundos expresivos del dibujo, la pintura y la gráfica:
caricaturas, portadas e ilustraciones, publicidad comercial,
carteles, escaparatismo, escenografía, vestuario, etc. Rehusará
toda formación académica, y su trayectoria define a un
autodidacta ansioso y despierto a todos los lenguajes últimos.
Será el cartel con el que logre una mayor proyección y
reconocimiento contemporáneo, consagrándose como el más
importante cartelista asturiano de su generación
Establecido en Madrid como diseñador publicitario y cartelista
desde 1930, será durante la Guerra Civil, cuyo inicio le
sorprende en Gijón, cuando culmine su obra asturiana, atento a
buscar soluciones gráficas a los mensajes de esta época de
lucha extrema.
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